INTRODUCCIÓN
“Educar es depositar en cada hombre, toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre un resumen del mundo viviente, hasta el día en que viven: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida”.
José Martí
Cuba es un país pequeño, enmarcado en la pobreza con escasos recursos y sin recibir préstamos financieros, a pesar de eso ha sido capaz de situarse en un buen lugar entre los mejores países que imparten una educación de calidad.
Basados en el pensamiento ético que nace con José Martí, pasan de una odisea latinoamericana que fue la campaña nacional de alfabetización –demostrando al mundo entero que sí es posible- logrando mantenerse como una sociedad con metas tenaces y sostenibles en cuanto a programas educativos que hasta hoy mantienen.
Despertar las inteligencias en sus estudiantes, forjar voluntades y preparar el futuro constituyen la misión de la educación y la cultura en Cuba.
Es importante resaltar las palabras de Luis Ignacio Gómez cuando señala la insustituible labor de los maestros cubanos como héroes anónimos que trabajan en silencio: “Tejiendo el alma de la patria en cada nueva generación que se sienta en aulas”.
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